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Castillo de Monsanto

Situado sobre una impresionante formación de granito, el Castillo de Monsanto es una fortaleza medieval que domina el paisaje de Idanha-a-Nova, Portugal, como un guardián del pasado. Esta fortificación, que parece casi fundida en las rocas, no sólo da testimonio del talento arquitectónico de la antigüedad, sino que también resuena historias de resistencia, misterio y belleza salvaje.


El pueblo de Monsanto, conocido como “El pueblo más portugués de Portugal”, es un auténtico escenario de postal, con casas enclavadas entre piedras gigantes, a menudo utilizando bloques de granito como parte de sus muros.


En lo alto de este paisaje inusual y espectacular, el Castillo de Monsanto se alza con una grandeza casi mística. La estructura original del castillo data del siglo XII, construido bajo las órdenes de D. Afonso Henriques, primer rey de Portugal, y rápidamente fue entregado a la Orden de los Templarios, un grupo de monjes guerreros con devoción espiritual y formidable habilidad en combate.


Subir a la cima del castillo es un desafío gratificante, que ofrece un viaje a través de la historia y vistas impresionantes. El sinuoso sendero lleva a los visitantes entre enormes bloques de granito y, a cada paso, parece revelarse un secreto oculto.


Una vez en la cima, la vista es abrumadora: el horizonte se abre en todas direcciones, revelando una vasta extensión de colinas y valles que cambian de color con las estaciones, un espectáculo natural de belleza única.


El castillo en sí es una fascinante amalgama de estilos arquitectónicos, resultado de las diferentes manos que le han dado forma a lo largo de los siglos. La pared de granito en bruto, con su resistencia casi orgánica, se mezcla con la roca natural y crea una ilusión visual en la que es difícil distinguir dónde termina el trabajo humano y comienza el trabajo de la naturaleza.


En el interior de las murallas aún se pueden encontrar vestigios de antiguos aljibes y la capilla románica de São Miguel, uno de los pocos edificios que ha resistido el paso del tiempo. Cuando se visita el Castillo de Monsanto, se siente que cada piedra, cada vestigio de muralla, lleva consigo. una historia de resistencia, fe y supervivencia.


Es un lugar que invita a la contemplación y a sumergirse en las memorias de un pueblo que, durante siglos, enfrentó invasiones y adversidades en un territorio aislado, defendiendo valientemente su tierra y su cultura.


Explorar el Castillo de Monsanto es más que una simple visita; Es como hojear las páginas de un libro de historia antiguo, donde los paisajes son las ilustraciones y las ruinas son las palabras.

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